martes, 30 de junio de 2009

Paranoia Revival

Señor director de la Nación: me ofusca
pensar y advertir que la sanidad fue un pretexto más para la intromisión del gobierno mediante su misterio de salud en la esfera agrícola, ya que percibieron como nuestros precursores que el discurso político siempre tendió a intervenir en los distintos estratos de la vida misma. Hoy en provecho del control más absoluto.

Allá lejos y hace tiempo, en años llovedores, racionalizaron el agua bajo la consigna del cólera, los ecologistas luego con la veda en los ríos, así se lidió con nosotros, actualmente, eso es agenda de los llamados progresistas.

Llegamos a la enfermedad del Chagas y se estuvo encima de provincias olvidadas llámese: Chaco, Santiago del Estero, Salta o Jujuy; y con esto en la producción algodonera, la foresta, la ganadería. Me pregunto señor director ¿alguien murió de Chagas?

La ganadería ya había tenido antecedentes nefastos con los garrapateros en los años de peronismo duro. Seguimos con la aftosa, la triquinosis, el síndrome de la vaca loca, permítaseme mezclar, así como lo hace un organismo fraudulento y poco representativo llamado Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria; qué más decir...

Nos siguió la locura del dengue, eso no estuvo tan mal, somos sucios cabe admitirlo, sí, el argentino es sucio. Después a otra cosa mariposa: pulgones y orugas defoliadoras en el cultivo de trigo u orugas bolilleras de alfalfa y soja, consecuencias perjudiciales para la exportación y nada. La desidia a la que nos tienen acostumbrados.

Ahora la influenza, la gripe porcina, la A o como diablos se llame, es terriblemente utilizada para desviar el tema de la agenda pública. Quedamos siempre relegados, por un modelo de país que se piensa en partidismos y amiguismos, bajo un magma impositivo e industrial. Pero el tiempo nos ha dado la fuerza suficiente, la madre naturaleza y la ciencia ahora más que nunca de están de nuestro lado. Recordemos que en el pasado ya castigaron nuestra ignorancia.

Hoy en día Señor director, es intolerable que a fuerza de gripe se metan nuestros chanchos en los chiqueros, se juegue al olvido de las exportaciones agrícolas y que el discurso sanitario llegue a los espacios del campo en afán de absoluto control y vigilancia.


Ricardo de Santa Rosa, La Pampa

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